Mi cabeza piensa hace mucho tiempo una sola cosa: cómo extrañaremos a Cristina cuando deje el poder. Hoy lo volví a pensar. El simple pensamiento de que un Macri, un De la Sota, un Scioli o algún que otro "político" de la oposición se pare ante las Naciones Unidas como presidente de la Argentina y no pueda ni siquiera llegarle a los talones a Cristina, me pone, por lo menos con un dejo de nostalgia de lo que vendrá en unos años.
Hoy Cristina demostró no sólo que es una excelente oradora, sino también, que la Argentina, el país que lleva adelante hace 9 años el kirchnerismo está bien plantado ante el mundo. La Presidenta le paró el carro a la directora del FMI, Chiristine Lagarde, que ayer amenazó con "sacarle la roja" al país sino acata sus medidas. Lean lo que les dijo la Presi:
“Quiero decirle que esto no es un partido de fútbol, sino la crisis económica y política más grande desde la década del ’30. Mi país no es un equipo de fútbol, sino una nación soberana y no va a ser sometida a ninguna presión ni amenaza”.
¿Leyeron? Sobre todo los que dicen que se tiene que ir. La Presidenta, plantada contra la corporación mundial. Después, cuando el país este en manos de otra fuerza política, extrañaremos a ella...
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