martes, 17 de abril de 2012
Banderas
Lo dije el viernes pasado: "Si hay algo que sabe hacer este Gobierno es recuperar banderas. Banderas cedidas a intereses extranjeros. Banderas incluso que muchos aceptaron ceder y ahora es tiempo de que vuelvan al Estado". Así fue.
Ayer. En un emocionante acto, claro que sí, emocionante compañeros: nos devolvieron soberanía. Volvimos a tener nuestra empresa petrolera en nuestras manos. YPF será, luego de que el Congreso apruebe la ley, nuevamente del Estado. De vos. De aquel. Del que está del otro lado. De todos.
Vamos por todo. Pero por todo. Todo aquello que nos quitaron. Todo aquello que nos despojaron. Todo aquello que nos dijeron que estaba mal. Todo aquello que nadie quiere buscar. Vamos por todo.
Ahora será turno del Congreso, de mayoría oficialista, el lugar de la discusión del proyecto de Ley que establece que el 51% de las acciones de la empresa serán del Estado y que las provincias tendrán un participación de suma importancia dentro de ese paquete accionario.
En España trinan. Enfurecidos, salieron a defender los intereses de una empresa privada. Medios, funcionarios, el Gobierno ibérico, en sintonía, estallaron ante el atropello (?) argentino. Esta bien. Qué se yo. Son españoles. Tienen una crisis tremenda. Tienen que tapar las cosas de alguna manera. Lo hicimos con Malvinas nosotros en 1982. Siempre pasa eso. Pero que medios, políticos y algunos sectores de la sociedad argentina salgan a defender a España es tremendo.
Que el inoperante de Macri lleve a cabo una conferencia de prensa, donde habló 9 minutos, sí, 9 minutos explicando que lo de YPF (no lo del temporal) le quitó el sueño y la fue a ver a Antonia a la cuna, me saca la cabeza. ¿Cómo puede ser que haya gente así? ¿Cómo puede ser que la derecha argentina sea así? Fito no estaba tan errado.
Compañeros. Recuperamos YPF. Ahora viene el mañana. Saber qué haremos para que la empresa sirva al Estado. A la gente. A vos, a mí, a todos.
viernes, 13 de abril de 2012
Te quiero YPF, Te quiero nacional y popular
Si hay algo que sabe hacer este Gobierno es recuperar banderas. Banderas cedidas a intereses extranjeros. Banderas incluso que muchos aceptaron ceder y ahora es tiempo de que vuelvan al Estado. El Estado, compañeros, no es mala palabra. Es el gran cobijador. Cuando vemos como en otros países del mundo todo se va por la borda, es porque dejan librada al azar la política. Allí es donde debe estar el Estado. Para reparar. Para construir. Para dar. Para brindar otras opciones.
Recuperamos muchas banderas en estos años de kirchnerismo. La memoria. La solidez económica. La justicia social. Aerolíneas. El fútbol. La identidad. La pluralidad. La diversidad de voces. La posibilidad de tener esperanzas. Tantas más. Y ahora vamos por otra. Se llama YPF.
A no confundirse. YPF es una empresa petrolera que debería estar en manos del Estado. En los 90 el gobierno de Menem apoyado por varios gobernadores (si, ya saben quien también aunque duela) apoyaron la privatización. El capitalismo alienante decía que eso estaba bien. Casi 20 años después, te queremos otra vez como un bien del Estado. Nuestros recursos son nuestros. Los explotamos nosotros. YPF tiene que ser del Estado otra vez.
El Gobierno activó un plan. Quitarles áreas de exploración a la petrolera a través de las provincias. Eso hizo que el valor de la compañía se viniera a pique. Ahora, la obtención de acciones para hacerse con la mayoría, es más fácil. ¿Esta bien lo que hizo el Gobierno? No sé. Supongo que no. Pero YPF tiene que ser del Estado. ¿Qué parte no se entiende de eso?
Los medios españoles y los opositores mediáticos argentinos defienden a ultranza los intereses de una empresa privada ante el "avasallamiento jurídico" de la Argentina. ¿Acaso no aprovecharon ellos los peores momentos de nuestros país para vaciarlo y llenarse los bolsillos? Que vienen a hablar ahora entonces.
Nacional y Popular. Al servicio del pueblo. De la Argentina primero, y del mundo después. Así tiene que ser YPF. ¿El modelo de gestión? Yo que sé, para eso están los que saben. Nosotros, apoyamos. Bancamos la idea. Bancamos la parada.
Cristina siempre nos dicen: "No bajen las banderas nunca. Las banderas no se bajan". YPF es una nueva bandera que queremos flamear. Creo que otros partidos de índole popular, leáse la UCR o el FAP, apoyarán la medida. Hay que trabajarla bien. Y recuperar lo que cedimos erróneamente. La soberanía se construye así queridos, no hay con que darle.
Queridos españoles, ustedes se llevaron mucho de acá. Los recibimos a principios del siglo XX y lo volvemos a hacer ahora. Entiendo que quieran defender lo suyo, pero tampoco se rasguen las investiduras de que esto es un atropello. Ya hicieron bastante por estas tierras ustedes como para tildarnos de tal cosa.
Te quiero YPF. Te quiero nacional y popular. Te quiero del Estado.
Recuperamos muchas banderas en estos años de kirchnerismo. La memoria. La solidez económica. La justicia social. Aerolíneas. El fútbol. La identidad. La pluralidad. La diversidad de voces. La posibilidad de tener esperanzas. Tantas más. Y ahora vamos por otra. Se llama YPF.
A no confundirse. YPF es una empresa petrolera que debería estar en manos del Estado. En los 90 el gobierno de Menem apoyado por varios gobernadores (si, ya saben quien también aunque duela) apoyaron la privatización. El capitalismo alienante decía que eso estaba bien. Casi 20 años después, te queremos otra vez como un bien del Estado. Nuestros recursos son nuestros. Los explotamos nosotros. YPF tiene que ser del Estado otra vez.
El Gobierno activó un plan. Quitarles áreas de exploración a la petrolera a través de las provincias. Eso hizo que el valor de la compañía se viniera a pique. Ahora, la obtención de acciones para hacerse con la mayoría, es más fácil. ¿Esta bien lo que hizo el Gobierno? No sé. Supongo que no. Pero YPF tiene que ser del Estado. ¿Qué parte no se entiende de eso?
Los medios españoles y los opositores mediáticos argentinos defienden a ultranza los intereses de una empresa privada ante el "avasallamiento jurídico" de la Argentina. ¿Acaso no aprovecharon ellos los peores momentos de nuestros país para vaciarlo y llenarse los bolsillos? Que vienen a hablar ahora entonces.
Nacional y Popular. Al servicio del pueblo. De la Argentina primero, y del mundo después. Así tiene que ser YPF. ¿El modelo de gestión? Yo que sé, para eso están los que saben. Nosotros, apoyamos. Bancamos la idea. Bancamos la parada.
Cristina siempre nos dicen: "No bajen las banderas nunca. Las banderas no se bajan". YPF es una nueva bandera que queremos flamear. Creo que otros partidos de índole popular, leáse la UCR o el FAP, apoyarán la medida. Hay que trabajarla bien. Y recuperar lo que cedimos erróneamente. La soberanía se construye así queridos, no hay con que darle.
Queridos españoles, ustedes se llevaron mucho de acá. Los recibimos a principios del siglo XX y lo volvemos a hacer ahora. Entiendo que quieran defender lo suyo, pero tampoco se rasguen las investiduras de que esto es un atropello. Ya hicieron bastante por estas tierras ustedes como para tildarnos de tal cosa.
Te quiero YPF. Te quiero nacional y popular. Te quiero del Estado.
miércoles, 11 de abril de 2012
Lo necesario que es un relato
Un pueblo sin memoria, es un pueblo sin futuro. Nos habían quitado hasta la esperanza de tener un relato. Una idea. Un proyecto. Un modelo. Algo por lo que avanzar como pueblo. El neoliberalismo capitalista que se derrumbó en diciembre de 2001 y trajo los peores coletazos sociales y económicos al país había sepultado esa palabra: esperanza de otra cosa.
Lo digo simplemente porque muchas personas suelen alzar su voz contra "el relato kirchnerista". Mis amigos, gracias a ese relato hoy estamos acá como país. Con aciertos y errores de todo proceso revolucionario, pero acá estamos. Otro vez plantados como país. Fuertes. Afianzados de que como sociedad podemos avanzar. Con esperanza.
Me gusta que haya un relato. Ayer me decía un viejo compañero del peronismo ortodoxo (esos que son peronistas y además kirchneristas -notese la diferencia-) que está bien que haya un relato porque hay muchos otros de la vereda de enfrente y hay que enfrentarlos.
Creo que molesta eso. Que los "muchachos" hayan podido construir en 9 años un relato. Una idea de país que no estaba en los libretos de nadie y que ahora, hace muchos años ya, se hizo tan grande como nadie imaginaba.
El relato es necesario. Prefiero que vayamos contra el Grupo Clarín, antes de saber que estuvimos aliados muchos años a ellos; prefiero que hayamos recuperado las AFJP antes de saber que durante muchos años no dijimos nada; prefiero que construyamos memoria antes de saber que ningún otro Gobierno le dio bola a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; prefiero que nos plantemos a las grandes potencias mundiales antes de saber que tenemos que vaciar la billetera para pagar intereses de intereses. Yo quiero este relato. Yo quiero que la gente se de cuenta de lo importante que es construir ciudadanía en base a algo real y no ficticio.
No quiero que Clarín con una tapa ponga en duda lo que ayer festejaba. Quiero una Presidenta que se plante ante todos. Incluso los propios. Y que nos diga, nos cuenta, "nos instruya" como diría De Vido, hacia dónde vamos como país.
"El relato se va a acabar", no paran de escribir agoreros en diarios y redes sociales. Mis amores: quedan largos tres años de kirchnerismo. Y después hablamos. ¿Dale? Besos.
Lo digo simplemente porque muchas personas suelen alzar su voz contra "el relato kirchnerista". Mis amigos, gracias a ese relato hoy estamos acá como país. Con aciertos y errores de todo proceso revolucionario, pero acá estamos. Otro vez plantados como país. Fuertes. Afianzados de que como sociedad podemos avanzar. Con esperanza.
Me gusta que haya un relato. Ayer me decía un viejo compañero del peronismo ortodoxo (esos que son peronistas y además kirchneristas -notese la diferencia-) que está bien que haya un relato porque hay muchos otros de la vereda de enfrente y hay que enfrentarlos.
Creo que molesta eso. Que los "muchachos" hayan podido construir en 9 años un relato. Una idea de país que no estaba en los libretos de nadie y que ahora, hace muchos años ya, se hizo tan grande como nadie imaginaba.
El relato es necesario. Prefiero que vayamos contra el Grupo Clarín, antes de saber que estuvimos aliados muchos años a ellos; prefiero que hayamos recuperado las AFJP antes de saber que durante muchos años no dijimos nada; prefiero que construyamos memoria antes de saber que ningún otro Gobierno le dio bola a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; prefiero que nos plantemos a las grandes potencias mundiales antes de saber que tenemos que vaciar la billetera para pagar intereses de intereses. Yo quiero este relato. Yo quiero que la gente se de cuenta de lo importante que es construir ciudadanía en base a algo real y no ficticio.
No quiero que Clarín con una tapa ponga en duda lo que ayer festejaba. Quiero una Presidenta que se plante ante todos. Incluso los propios. Y que nos diga, nos cuenta, "nos instruya" como diría De Vido, hacia dónde vamos como país.
"El relato se va a acabar", no paran de escribir agoreros en diarios y redes sociales. Mis amores: quedan largos tres años de kirchnerismo. Y después hablamos. ¿Dale? Besos.
lunes, 9 de abril de 2012
viernes, 6 de abril de 2012
El problema no es Boudou, el problema es la vereda
Me gusta repetir argumentos. Es de lo mejor que me sale.
Estamos en un momento especial de la Argentina. O al menos así lo entiendo yo. A los que nos gusta la política, eso que permite transformar realidad a partir de acciones, hace unos cuantos años que nos dimos cuenta de que no era un momento en esta loca historia de nuestro país.
Yo me di cuenta cuando un flaco desgarbado se plantó. Me habló a mí. A mi hermano. A un amigo. A aquel vecino. Al de la vuelta de casa. Al que vivía en otra provincia. A partir de allí comprendí que yo tenía que tener un rol. Menor, mayor, pero un rol. En pos de algo. A favor de algo.
Hace años que lo vengo haciendo. En mayor o menor medida, pero de forma constante. El kirchnerismo, ese movimiento social increíble que realmente revolucionó el país, es la fuente de una agenda alternativa que nadie pensó hace 10 años atrás que se podía construir en la Argentina.
Ahora bien. Pasan muchas cosas a lo largo de los años. Las personas vienen listas y de fábrica para cometer errores y tratar de taparlos. Durante los 9 años del kirchnerismo hemos visto infinitos de estos errores. De políticas y funcionarios que no hacían al todo sino a lo particular. A sus "cosas". Y eso, en el fondo, manchaba de cierta manera la idea generalizada.
Como todo proceso coherente, cuando suceden estas cosas, hay que actuar. Y se actuó. En mayor o menor medida, pero se actuó siempre. Así se fueron muchas personas de este Gobierno y se fue para atrás en muchas cuestiones.
Pero el tema es cuando las cosas no dependen de unos, sino de otros. Y ahí está el problema: los otros son un conglomerado de intereses económicos y políticos donde es difícil diferenciar cabezas pero fácil sentenciarlos. Son los otros.
Bien dije recién: en todo proceso coherente se actúa. El tiempo le dirá a Boudou, un verdadero soldado del modelo (sería ilógico no tildarlo de tal), que deberá hacer. Si lo que "dicen que hizo" es así, tendrá que tomar sus decisiones. Sino, se verá.
La oposición: medios + intereses económicos, son el problema. Atacan sin fundamentos. Atacan por atacar. Atacan escudados en papel, en miles de minutos de televisión y radio. Atacan, es lo que mejor sale hacer.
El problema de los que estamos en esto es entender en qué vereda estamos parado. No es Boudou. El tiempo, que es sabio por eso es tiempo, lo dirá. Si comprendemos qué es realmente lo que queremos como país y como proyecto para los años que vienen. Las personas no hacen a un modelo solo aquellos referentes que guían al mismo. Y acá la única intocable es Cristina. La vereda la pone ella. El tiempo, hablará por si sólo.
Estamos en un momento especial de la Argentina. O al menos así lo entiendo yo. A los que nos gusta la política, eso que permite transformar realidad a partir de acciones, hace unos cuantos años que nos dimos cuenta de que no era un momento en esta loca historia de nuestro país.
Yo me di cuenta cuando un flaco desgarbado se plantó. Me habló a mí. A mi hermano. A un amigo. A aquel vecino. Al de la vuelta de casa. Al que vivía en otra provincia. A partir de allí comprendí que yo tenía que tener un rol. Menor, mayor, pero un rol. En pos de algo. A favor de algo.
Hace años que lo vengo haciendo. En mayor o menor medida, pero de forma constante. El kirchnerismo, ese movimiento social increíble que realmente revolucionó el país, es la fuente de una agenda alternativa que nadie pensó hace 10 años atrás que se podía construir en la Argentina.
Ahora bien. Pasan muchas cosas a lo largo de los años. Las personas vienen listas y de fábrica para cometer errores y tratar de taparlos. Durante los 9 años del kirchnerismo hemos visto infinitos de estos errores. De políticas y funcionarios que no hacían al todo sino a lo particular. A sus "cosas". Y eso, en el fondo, manchaba de cierta manera la idea generalizada.
Como todo proceso coherente, cuando suceden estas cosas, hay que actuar. Y se actuó. En mayor o menor medida, pero se actuó siempre. Así se fueron muchas personas de este Gobierno y se fue para atrás en muchas cuestiones.
Pero el tema es cuando las cosas no dependen de unos, sino de otros. Y ahí está el problema: los otros son un conglomerado de intereses económicos y políticos donde es difícil diferenciar cabezas pero fácil sentenciarlos. Son los otros.
Bien dije recién: en todo proceso coherente se actúa. El tiempo le dirá a Boudou, un verdadero soldado del modelo (sería ilógico no tildarlo de tal), que deberá hacer. Si lo que "dicen que hizo" es así, tendrá que tomar sus decisiones. Sino, se verá.
La oposición: medios + intereses económicos, son el problema. Atacan sin fundamentos. Atacan por atacar. Atacan escudados en papel, en miles de minutos de televisión y radio. Atacan, es lo que mejor sale hacer.
El problema de los que estamos en esto es entender en qué vereda estamos parado. No es Boudou. El tiempo, que es sabio por eso es tiempo, lo dirá. Si comprendemos qué es realmente lo que queremos como país y como proyecto para los años que vienen. Las personas no hacen a un modelo solo aquellos referentes que guían al mismo. Y acá la única intocable es Cristina. La vereda la pone ella. El tiempo, hablará por si sólo.
jueves, 5 de abril de 2012
El padrino
"Muchos pensaban que el padrino era Duhalde, pero el padrino es Magnetto". Amado Boudou. Sobre los ataques a su persona por parte del Grupo Clarín, La Nación y Perfil, relacionados con la causa que lo investiga por la ex imprenta Ciccone.
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