Una ola de fachismo cubre al país peligrosamente. Los presos, son personas que cometieron errores y lo están pagando en las cárceles. Muchos de ellos, flores de hijos de putas por haber matado, violado o cometido aberraciones. Eso no se discute. A pesar de su grado de hijaputez, el sistema carcerlario tiene como objetivo, entre otros, la reinserción de muchos de ellos en la Sociedad. ¿Está mal eso? No. Para nada. Aunque muchos, reitero, deberían quedarse de por vida ahí adentro, como en varias ocasiones sucede. A los otros, la misma Sociedad le debe dar una segunda oportunidad.
Adentro de las cárceles hay varias instituciones que ayudan en este proceso. La Iglesia (Católica, Evangélica, etc), ONG´s, Universidades, Agrupaciones, entre otras. Y, como marca la ley, de acuerdo al tipo de condena y a la conducta del preso, puede existir la posibilidad, mediante autorización previa, de hacer salidas a distintas actividades.
La derecha más recalcitrante del país. Esa que leemos a diario en medios como Clarín, La Nación o Perfil, está indignada. ¿Cómo hacer esto? ¿En qué loco país suceden estas cosas? ¿Cómo un funcionario va a estar compartiendo un mismo ámbito con un preso? Increíble. La mejor forma de graficar cómo estos medios golpean al Gobierno con este tema, es TN con sus "Presos K". Deseos, deseos, deseos.
¿A quién afecta más esto? Sin dudas al sistema carcelario argentino. La necesidad de seguir reconstruyendo el país en base a cimientos en todos los lugares es afectada por aquellos que no desean eso, sino prefieren doblegar al Gobierno hasta lo máxuimo.
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