No existe eso del periodismo independiente. Acaso es una utopía que se escibe en los manuales y libros sobre la profesión. Muchos levantan la bandera de la independencia periodística. Pero son pocos los que realmente lo ejercen realmente. Porque en el fondo, el dinero maneja todo. Compra ideas y voluntades. Compra formas de pensar. Amolda nuevos enfoques.
Yo la banco a Cristina con lo que dijo el otro día. Las personas que no forman parte de mundo de los medios de comunicación no entienden o les parece un atropello. Pero es real. Son muchos los que critican y detrás tienen intereses que defender. Sería todo más fácil si directamente todos decimos qué ideas defendemos.
Yo, ya lo saben, soy abiertamente defensor de este gobierno nacional. Y no me paga nadie para decir lo que debo pensar o no. Al menos, me puedo poner contento, de que lo pienso por propia voluntad. El periodismo oficialista, se volvió militante. Ellos lo dicen. No se esconden detrás de ninguna bandera. Son decididamente paladines de este proyecto nacional y popular.
Por eso cuando al día siguiente muchos criticaron el pedido de Cristina y se preguntaron "por casa cómo andamos", yo les respondo: "En casa sabemos lo que defendemos y lo decimos". Al contrario, muchos otros hablan de estar en contra o critican sin fundamentos, pero desde un lugar que poco sabemos.
A favor de la ley. A favor de la verdad. A favor de una información sin manipulación. A favor de dejar las caretas de un lado y mostrarnos tal cual somos.
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