viernes, 17 de agosto de 2012
Denunciemos al camporista
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires me causa bastante gracia. Bastante, por no decir del todo. Es que las señales que dan son al menos cómicas. En vez de preocuparse por lo que deberían (ponele el subte, ponele los hospitales, ponele el control del espacio público), se meten en una pelea de la que claramente saldrán perdedores por no tener ningún respaldo de pensamiento claro.
El 0800 que habilitaron para denunciar "intromisiones políticas" de La Cámpora en las escuelas de la Ciudad, es chistoso. Chistoso porque no ya estaba implementado y era para que padres o familiares de alumnos en colegios denuncien si hay algún tipo de actividad política que pueda ir en detrimento de los escolares. Chistoso porque ¿en qué época estamos? ¿Qué es eso de denunciar a una organización política?
La Cámpora es objeto día tras día de los ataques de la derecha y los medios opositores que no pueden ni saben construir un camino alternativo al proyecto nacional y popular que encara la compañera Cristina Kirchner. Lo peor de todo, es que atacan una forma de construir realidad y sueños. Además no tienen una fuerza propia que pueda generar transformación a través de actividades de militantcia. No lo tienen. Ni la UCR, ni el Pro, ni cualquier otro partido. El crecimiento de esta agrupación juvenil de impronta kirchnerista es increíble y creo que verá sus frutos en las próximas elecciones.
Compañeros. Vale la pena sostener desde lo intelectual el trabajo que no sólo hace La Cámpora, también podemos sumar a Movimiento Evita, Kolina, y un montón de agrupaciones más, ante el ataque injustificado y plenamente derechoso del tema. Bancar las banderas. Bancar el modelo.
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