martes, 21 de febrero de 2012

Odiar por odiar

El odio es de los peores sentimientos que tiene el ser humano.

Enceguece, perturba y molesta. No nos deja pensar con claridad. Distorsiona todo tipo de realidad y a menudo, pinta increíblemente lo bueno en malo, lo alegre en tristeza, lo esperanzador en oscuro callejón.

No se entiende, por tal caso, como puede ser que a menudo el odio llene tantos corazones que suelen tener voz pública en nuestra sociedad.

Periodistas, intelectuales (¿?), políticos. Todo tipo de personas que se llenan la boca despreciando todo lo que venga con el sello del Estado Nacional.

¿Tan mal ven todo? ¿Tanto desprecio tienen por esta forma de hacer política? ¿Les cuesta tanto dar el brazo a torcer? ¿No pueden reconocer que su fracaso está en el éxito del otro?

Leer es una buena práctica. Y leer al enemigo, mucho mejor. Sólo así se puede entrar en la cabeza de las personas que no piensan igual que uno. La prensa, la mayoría de las veces, da cuenta de ello. “Lo malo de los feriados”, “Unterrible error de juventud”, “Dejemos en paz a esos isleños”. ¡Ay! Tantos títulos. Tantas palabras. Tanta cosa rara.

En fin. Me remito a nuestra Presidenta. “El amor es másfuerte que el odio”. ¿Que más decir después de la frase de la más grande de todas?


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